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Guerra de los cien años. El Ejército inglés, a cuyo frente se halla Eduardo de Woodstock, príncipe de Gales ("Príncipe Negro"), vence en la batalla de Poitiers a las fuerzas francesas, dirigidas por el rey Juan II el Bueno, que es hecho prisionero; la derrota significa para Francia la amputación territorial del reino.
Guerra de los cien años. El campesinado del norte de Francia se rebela contra la nobleza, tras sufrir los saqueos de los mercenarios ingleses y el incremento de los tributos de la gleba.
En el transcurso de la guerra civil por la corona de Castilla, el ejército que dirige Pedro I el Cruel, apoyado por tropas inglesas al mando del príncipe Eduardo de Gales ("Príncipe Negro"), derrota en la batalla de Nájera a las fuerzas conducidas por Enrique de Trastámara, pretendiente al trono, y el condestable Bertrand du Guesclin, que es hecho prisionero.

Las fuerzas portuguesas, a cuyo frente se hallan el rey Joao I de Avis y el condestable Nuno Álvares Pereira, derrotan en la batalla de Aljubarrota a las tropas castellanas, al mando de Juan I, con lo que consolidan la independencia de Portugal y legitiman la dinastía de Avis.
Las fuerzas combinadas de los territorios cristianos serbios gobernados por el príncipe Lazar Hrebeljanovic y por Vuk Brankovic, junto a las tropas auxiliares enviadas por rey Tvrtko I de Bosnia, son derrotadas en la batalla de Kosovo por el ejército del sultán Murad I de Turquía, muriendo Lazar y Murad durante el combate.

Las fuerzas polacas y lituanas, dirigidas por el rey Ladislao II Jagellón de Polonia, destruyen el poder militar de los caballeros teutónicos, al mando del Gran maestre Ulrich von Jungingen, al derrotarlos en la batalla de Grunwald.
Guerra de los cien años. Los infantes y arqueros ingleses, encabezados por Enrique V, se imponen en Agincourt (actual Azincourt) a la caballería pesada francesa, comandada por el condestable Carlos d’Albret y el mariscal Jean le Maingre, llamado Boucicault.
Alfonso V el Magnánimo, rey de Aragón, zarpa hacia Italia para iniciar la conquista del reino de Nápoles; ya no regresará a sus dominios en la península ibérica.
Las tropas leales a Juan II de Castilla, a cuyo frente se hallan el propio monarca y el condestable Álvaro de Luna, vencen en la 1ª batalla de Olmedo a las fuerzas de la nobleza castellana, a las órdenes de los infantes Enrique y Juan de Aragón (éste último rey de Navarra) y de Fadrique Enríquez, almirante de Castilla. El desenlace del choque elimina la influencia aragonesa del panorama político castellano y refuerza la autoridad real frente a una oligarquía que pretendía someter la Corona a sus intereses.
Tras un asedio iniciado en abril, el Ejército turco, a las órdenes del sultán Mehmet II, asalta y toma la capital de Bizancio, Constantinopla, defendida por fuerzas bizantinas, genovesas, venecianas, catalanas y pontificias, bajo la dirección del emperador Constantino XI Paleólogo, al que secundan el genovés Giovanni Giustiniani Longo como comandante en jefe, el líder de la colonia veneciana de la ciudad, Girolamo Minotto, el capitán de la guarnición catalana, Pere Julià, y el cardenal Isidoro de Kiev, legado papal. El emperador, Minotto, Julià y el cónsul catalán en la capital, Joan de la Via, perecen en el transcurso del combate o ejecutados a continuación del mismo. La caída de Constantinopla, saqueada durante tres días con el consentimiento del sultán y posteriormente llamada Estambul, significa el fin del Imperio romano de Oriente.
Durante el conflicto por la sucesión de Enrique IV de Castilla, se produce la segunda batalla de Olmedo, de resultado incierto, que enfrenta a las fuerzas leales a Enrique IV con las tropas de la nobleza que apoya a su hermanastro Alfonso, proclamado soberano en 1465.
Las tropas castellanas, al mando de Alonso de Cárdenas, maestre de Santiago, derrotan en la batalla de Albuera, cerca de Mérida, al Ejército portugués que conduce García de Meneses, obispo de évora, durante la guerra de sucesión de Castilla, en la que el rey Alfonso V de Portugal apoya la causa de la princesa Juana, llamada "la Beltraneja", contra los soberanos considerados legítimos, Isabel y Fernando.
Fernando el Católico, rey de Aragón, conquista Loja (Granada) a los musulmanes, distinguiéndose en la acción Gonzalo Fernández de Córdoba, el futuro "Gran Capitán".
En el transcurso de la conquista de la isla de Tenerife, las tropas castellanas, al mando del adelantado (gobernador y jefe militar) Alonso Fernández de Lugo, vencen en los llanos de Aguere -actual ciudad de La Laguna- a las fuerzas guanches de Taoro, dirigidas por el mencey (rey) Bencomo y el sigoñe (jefe militar) Tinguaro, que mueren durante el combate.
Durante la guerra por el dominio de Italia, las tropas españolas que comanda Fernando de Andrade e Pérez das Mariñas vencen en la 2ª batalla de Seminara a las fuerzas francesas que encabeza Everardo Stuart, señor d’Aubigny, lo que les permitirá posesionarse de Calabria. Algunas fuentes citan como fecha de este combate el 13 de abril.
Durante la guerra por el dominio de Italia, las tropas españolas que comanda Gonzalo Fernández de Córdoba, llamado el Gran Capitán, vencen en la batalla de Ceriñola, en Apulia, a las fuerzas francesas que encabeza Luis d’Armagnac, conde de Guisa y duque de Nemours, que perece en el combate.
En su penetración en Italia y al frente del Ejército francés, Francisco I derrota en la batalla de Marignano a las fuerzas mercenarias suizas, dirigidas por el cardenal Matthias Schinner y a sueldo de Ludovico Sforza, duque de Milán.
En el transcurso de la conquista de México y al frente de una reducida tropa compuesta de soldados españoles y guerreros tlaxcaltecas, Hernán Cortés vence en Otumba, en la llanura de Tonampoco, al Ejército azteca que dirige el tepuchlato (caudillo) Cihuacóatl Matlatzincátzin, que perece en el combate.

España. Durante la Guerra de las Comunidades se constituye en Ávila la Junta Santa, que, entre otras cosas, pide a Carlos I que no se saque moneda del reino ni se declare la guerra sin la previa aprobación de las Cortes.
España. Durante la guerra de las Comunidades, Medina del Campo es arrasada por el capitán general Antonio de Fonseca como represalia por su falta de apoyo a las tropas realistas, lo que provoca la reacción de Valladolid, Palencia, Sevilla, Jaén y toda Extremadura, que se suman a los comuneros.
Cerca de la aldea de Villalar, en Valladolid, las tropas reales que conduce Pedro de Velasco, conde de Haro, vencen a las fuerzas de los comuneros que acaudillan los aristócratas Juan Bravo, Juan de Padilla y Francisco Maldonado, que son hechos prisioneros y serán ejecutados el día siguiente. Con estos hechos, y salvo en Toledo, concluye la guerra de las Comunidades, que ha enfrentado a la burguesía mercantil e industrial de las ciudades de Castilla con la oligarquía señorial partidaria del rey Carlos I de España (ya emperador de Alemania con el nombre de Carlos V) y su política imperial.

Las tropas de Hernán Cortés entran en la capital del Imperio azteca, Tenochtitlan, defendida por el emperador Cuauhtémoc, tras un asedio iniciado el 26 de mayo.
Las tropas españolas conquistan Génova durante la pugna que Carlos I mantiene con Francisco I de Francia por el dominio de Italia.
En el transcurso de las luchas por el dominio de Italia, las fuerzas españolas que dirige Fernando Dávalos, marqués de Pescara, vencen en Pavía a las tropas francesas, a las órdenes de Francisco I, que es hecho prisionero durante el combate.
Aprovechando el desorden que ha generado en el Imperio inca una guerra civil entre los herederos del emperador Huayna Cápac, las fuerzas españolas que acaudilla el conquistador Francisco Pizarro entran en Cuzco, capital del país, donde es reconocido como soberano uno de los hijos de Huayna, Manco Inca Yupanqui, llamado también Manco Cápac II.