19 de mayo de 1445
Las tropas leales a Juan II de Castilla, a cuyo frente se hallan el propio monarca y el condestable Álvaro de Luna, vencen en la 1ª batalla de Olmedo a las fuerzas de la nobleza castellana, a las órdenes de los infantes Enrique y Juan de Aragón (éste último rey de Navarra) y de Fadrique Enríquez, almirante de Castilla. El desenlace del choque elimina la influencia aragonesa del panorama político castellano y refuerza la autoridad real frente a una oligarquía que pretendía someter la Corona a sus intereses.