16 de febrero de 1941
Por causas nunca aclaradas (una chimenea, un cortocircuito en una línea de alta tensión, etc.), se desencadena un incendio en Santander, España, que destruye casi por completo la zona histórica de la ciudad, afectando 400 edificios destinados a viviendas y comercios; además de los miles de famiias que pierden sus hogares, hay que lamentar una única víctima mortal, un bombero fallecido a consecuencia de las tareas de extinción.