Después de que el Canciller de Alemania, Kurt von Schleicher, haya fracasado en su intento de conseguir apoyos de cualquier fuerza política para consolidarse al frente del gobierno y en consecuencia haya dimitido, el presidente de la República, Paul von Hindenburg, nombra canciller a Adolf Hitler, líder del Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán o Partido Nazi, NSDAP), que en un plazo de pocos meses liquidará el régimen parlamentario para establecer una dictadura.