23 de abril de 1918
Primera guerra mundial. La flota británica, siguiendo un plan del almirante Roger Keyes, ataca el puerto belga de Zeebrugge con la intención de bloquear la base de submarinos y destructores alemanes allí situada, lo que conseguirá hundiendo tres viejos cruceros (Thetis, Iphigenia e Intrepid) destinados a tal fin en la embocadura del puerto y sus proximidades. El resultado de la incursión, cuyo éxito se revelará relativo, solo obstaculizará durante unos días las operaciones de la armada alemana en el lugar.