3 de septiembre de 1758
El rey de Portugal, José I, y su cochero son heridos por tres hombres a caballo que, en una vía secundaria en los alrededores de Lisboa, les disparan con pistolas tras interceptar la carroza en la que el soberano viaja de incógnito. Ambos sobreviven al atentado, cuya posterior investigación servirá para que el primer ministro, Sebastião de Melo, procese como instigadores del frustrado regicidio a miembros de familias aristocráticas contrarios a su poder.