28 de marzo de 1964
Ante su incapacidad para dirigir el gobierno, el rey de Arabia Saudí, Saud bin Abdelaziz, accede a abdicar de sus funciones, aunque conservando el título de monarca, en la persona de su hermano y heredero, el príncipe Faisal bin Abdelaziz, que es apoyado por los jeques y por gran parte de la familia real.