21 de septiembre de 1898
Cixi, antigua regente y tía del emperador de China, Guangxu, da un golpe de Estado con la colaboración del comandante en jefe del ejército imperial, Jung-Iu, y la complicidad de los sectores conservadores de la corte para frenar el programa de reformas institucionales emprendido por el emperador y que afecta a los sistemas legal y educativo, al ejército, a la industria y al gobierno y que debía culminar en el establecimiento de una monarquía constitucional. Con este acto finaliza el periodo reformista iniciado el 11 de junio conocido como la Revolución de los Cien Días, Guangxu es relegado del poder y confinado en palacio, y Cixi recupera el rango de emperatriz regente y anula todas las medidas aprobadas por su sobrino.