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Enrico Berlinguer

Enrico Berlinguer, político italiano

País Italia
Nació en Sassari
Murió en Padua
Nació el 25 de mayo de 1922
Murió el 11 de junio de 1984

 

Hijo de Mario Berlinguer y Maria Loriga, Enrico nació en Sassari, Italia, en una noble e importante familia sarda, de notable contexto cultural y cuyas relaciones políticas pudieron influir fuertemente en su vida y carácter.

Fue primo de Francesco Cossiga (líder de los cristianodemócratas italianos y luego presidente de la república italiana), estando ambos relacionados con Antonio Segni, otro líder cristianodemócrata y presidente de la república. El abuelo de Enrico fue el fundador de La Nuova Sardegna, un importante diario sardo, y amigo personal de Giuseppe Garibaldi y Giuseppe Mazzini, quienes le ayudaron en su trabajo parlamentario en las penosas condiciones de la isla.

En 1937 Berlinguer tuvo sus primeros contactos con los anti-fascistas sardos, y en 1943 se incorporó formalmente al partido comunista italiano, llegando a ser, al cabo de poco, secretario de la sección de Sassari. El año siguiente estalló un alboroto en la ciudad en el que se vio implicado, por lo que fue arrestado, si bien salió libre de cargos después de 3 meses en prisión.

Inmediatamente después de este episodio su padre lo llevó a Salerno, donde la familia real y el gobierno se habían refugiado tras el armisticio entre Italia y los aliados. Ahí le presentó a Palmiro Togliatti, el líder más importante del partido comunista y compañero de clase de Don Mario.

Togliatti envió a Berlinguer de nuevo a Cerdeña con el fin de prepararlo para su carrera política. A finales de 1944, lo designó para la secretaría nacional de la Organización Comunista para la Juventud (FGCI); poco después lo enviaron a Milán y en 1945 lo designaron como miembro para el comité central.

En 1946 Togliatti accedió al cargo de secretario nacional (el rango político más alto) del partido y llamó a Berlinguer a Roma, donde su talento le permitió entrar en la dirección nacional del mismo transcurridos solamente dos años (a la edad de 26 años, uno de los miembros más jóvenes jamás admitidos); en 1949 lo nombraron secretario nacional del FGCI, puesto que mantuvo hasta 1956. Al año siguiente fue nombrado presidente de la Federación del Mundo de la Juventud Democrática, una importante organización comunista internacional. En 1957, Berlinguer, como miembro de la escuela central del PCI, abolió la visita obligatoria a la Unión Soviética, que incluía el entrenamiento político hasta entonces necesario para la admisión en los más altos cargos del PCI.

 


 

Líder del partido

 

 

La carrera de Berlinguer se dirigía a lo más alto en el partido. En 1968 fue elegido diputado por primera vez por la circunscripción de Roma. Al año siguiente lo eligieron vicesecretario nacional del partido (siendo secretario Luigi Longo), y con dicho cargo participó en la conferencia internacional de 1969 de los partidos comunistas en Moscú, donde su delegación discrepó con la línea política "oficial" y rechazó votar el documento final.

Berlinguer pronunció el discurso más duro de un líder comunista jamás oído en la Unión Soviética; rechazó "excomulgar" a los comunistas chinos, y dijo directamente a Leonid Breznev que la "tragedia en Praga" (la invasión de Checoslovaquia por los países del Pacto de Varsovia) había puesto en clara evidencia la diversidad de conceptos en el movimiento comunista sobre temas fundamentales como la soberanía nacional, la democracia socialista y la libertad cultural.

En 1970 Berlinguer inició una relación con el mundo de la industria hablando generalmente con las fuerzas conservadoras, declarando en público que el PCI podría haber mirado favorablemente un nuevo modelo del desarrollo, conceptos que eran parte del programa de los industriales. Siendo ya el principal líder del partido, Berlinguer accedió formalmente a la secretaría nacional en 1972 como resultado de la enfermedad de Luigi Longo.

En 1973, habiendo sido hospitalizado tras un accidente de coche durante una visita a Bulgaria, Berlinguer escribió tres famosos artículos ("Reflexiones en Italia", "Después de los hechos de Chile" y "Después del Golpe [en Chile]") para la revista semanal intelectual del partido, Rinascita, presentando la estrategia del supuesto compromiso histórico, una hipótesis de la coalición entre el PCI y los demócratas cristianos para garantizar un período de estabilidad política en un momento de severa crisis económica y en un contexto en el que algunas fuerzas maniobraban para dar un golpe en Italia.

 


 

Relaciones internacionales

 

 

Al año siguiente, en Belgrado, se encontró con el presidente yugoslavo Josip Broz, Tito, desarrollando sus relaciones exteriores con los principales partidos comunistas de Europa, Asia y África.

En 1976, de nuevo en Moscú, Berlinguer confirmó la posición independiente del PCI respecto del partido comunista soviético. Ante 5.000 delegados comunistas, habló de un "sistema pluralísta" (traducido por el intérprete como "multiforma"), describiendo la intención del PCI de construir "un socialismo que creemos necesario y posible solamente en Italia".

Cuando finalmente Berlinguer proclamó la condena del PCI ante cualquier tipo de "interferencia", la ruptura con los soviéticos fue completa. Puesto que Italia sufría la "interferencia de la OTAN”, decían los soviéticos, parecía que la única interferencia que los comunistas italianos no podían sufrir era la soviética. En una entrevista en el periódico milanés Corriere della Sera, declaró que se sentía "a salvo a la sombra de la OTAN".

En 1977, en una reunión en Madrid entre Berlinguer, Santiago Carrillo, del Partido Comunista Español, y Georges Marchais, del Partido Comunista Francés, se presentaron las líneas principales del Eurocomunismo. Pocos meses después, Berlinguer volvió a Moscú para pronunciar otro discurso que los soviéticos no apreciaron y que se publicó en el Pravda solamente después de pasar por la censura.

 


 

Política nacional

 

 

Berlinguer, progresando lentamente, construía un consenso en el PCI para acercarse a los otros componentes de la sociedad. Tras la sorprendente apertura de 1970 hacia los conservadores y de la oferta todavía discutida del compromiso histórico, mantuvo correspondencia con Monseñor Luigi Bettazzi, obispo de Ivrea; era un acontecimiento asombroso, puesto que el papa Pío XII había excomulgado a los comunistas poco después de la II guerra mundial, y la hipótesis de cualquier relación entre comunistas y católicos parecía muy inverosímil.

Este acto también sirvió para refutar el alegato, común y popularmente expresado, de que el PCI protegía a terroristas izquierdistas en los años de máxima violencia del terrorismo italiano. De esta forma el PCI abrió sus puertas a muchos católicos y se inició un debate sobre la posibilidad de contacto. Notablemente, la privacidad de la familia de Berlinguer, estrictamente católica, fue severamente respetada. En las elecciones generales de junio de 1976 el PCI alcanzó el 34,4% de votos.

En Italia mandaba un supuesto "gobierno de solidaridad nacional", pero Berlinguer reclamó un gabinete fuerte y de gran alcance para solucionar una crisis de excepcional gravedad. El 16 de marzo de 1978, Aldo Moro, presidente del Partido Democrático Cristiano, fue secuestrado por las Brigadas Rojas, grupo terrorista de ultra-izquierda, el día en que el nuevo gobierno iba a constituirse el parlamento.

Durante esta crisis, Berlinguer se adhirió al supuesto "frente de la firmeza", rechazando negociar con los terroristas (las Brigadas Rojas habían propuesto intercambiar a Moro por algunos terroristas en prisión). A pesar del apoyo del PCI contra el terrorismo, el incidente de Moro dejó más aislado al partido.

En junio, una campaña contra el presidente Giovanni Leone, acusado de soborno menor, fue aprobada y finalmente apoyada por el PCI, dando lugar a la dimisión del presidente. La elección del veterano socialista Sandro Pertini como presidente de Italia también fue apoyada por Berlinguer, pero no produjo los efectos que el PCI esperaba.

En Italia, después de elegir a un nuevo presidente, el gobierno dimite respetuosamente. El PCI esperó que Pertini utilizara su influencia a su favor, pero éste se vio influido por líderes políticos de menor importancia, como Giovanni Spadolini, del Partido Republicano Italiano, y Bettino Craxi, del Partido Socialista Italiano. El PCI permaneció fuera del gobierno.

Durante estos años el PCI gobernó muchas regiones italianas, a veces más de la mitad de ellas. Notablemente, los gobiernos regionales de Emilia-Romagna y Toscana eran prueba de las capacidades gubernamentales del PCI. Berlinguer volvió entonces su atención hacia el fortalecimiento de la fuerza municipal, para mostrar que "los trenes podían ser puntuales" con el PCI. Berlinguer participó personalmente en campañas electorales en las provincias y para los consejos locales, mientras que otros partidos enviaron solamente a líderes locales, lo que permitió que el PCI se beneficiara.

 


 

La ruptura con la Unión Soviética

 

 

En 1980 el PCI condenó públicamente la invasión soviética de Afganistán; Moscú mandó inmediatamente a Marchais a Roma para intentar atraer a Berlinguer a su linea, pero Marchais fue recibido con notable frialdad. La ruptura con los soviéticos y otros partidos comunistas quedó clara cuando el PCI no participó en la conferencia internacional de partidos comunistas de 1980 que se celebró en París. En su lugar, Berlinguer realizó una visita oficial a China. En noviembre, en Salerno, declaró que la idea de un eventual compromiso histórico se había dejado de lado; en su lugar sería substituido por la idea de la "alternativa democrática".

En 1981 dijo que, según su opinión personal, "la fuerza progresiva de la revolución de octubre se había agotado". El PCI criticó la "normalización" de Polonia y muy pronto la fractura del PCI con el partido comunista soviético fue definitiva y oficial, seguida de una larga polémica entre Pravda y L'Unità (el periódico oficial del PCI), no suavizada tras la reunión con Fidel Castro en La Habana.

La última declaración importante de Berlinguer fue una llamada para la solidaridad entre los partidos izquierdistas. En junio de 1984 sufrió una hemorragia cerebral durante un discurso público en Padua y murió tres días después. Más de un millón de ciudadanos fueron a su entierro.

 


 

Análisis

 

 

Enrico Berlinguer ha sido descrito de muchas maneras. pero generalmente se le reconoce por su coherencia política e indiscutible valor, lo mismo que por su poco común inteligencia personal y política. Hombre serio, fue sinceramente respetado incluso por sus oponentes, y su agonía de tres días fue seguida con gran atención por la población en general. Su funeral concentró una gran cantidad de gente y fue quizás el mayor jamás visto en Roma.

El acto político más importante de su carrera en el PCI fue indudablemente la dramática ruptura con el comunismo soviético, el llamado strappo (rasgón), junto con la creación del Eurocomunismo, y su importante trabajo de relación con la mitad conservadora del país.

Sin embargo, Berlinguer tenía muchos enemigos. La oposición interna en el PCI le acusó de haber convertido a un partido de trabajadores en una especie de bourgeois revisionist club. Las figuras externas de la oposición observaron que el strappo necesitó varios años para completarse. La aceptación de la OTAN, sin embargo, se considera generalmente como evidencia de la autonomía genuina de la posición del PCI.

Ahora bien, todo el trabajo de Berlinguer, incluso apoyado por acertados gobiernos locales comunistas, fue incapaz de llevar al PCI al gobierno. La plataforma final de Berlinguer, la "alternativa democrática", nunca se convirtió en realidad. Una década después de su muerte la Unión Soviética, los cristianodemócratas y el PCI desaparecieron, haciendo irreconocible la política italiana.