1 de junio de 794
Presididas por Carlomagno, rey de los francos y de los lombardos, se abren las sesiones del concilio de Frankfurt, en el que se condenará la herejía iconoclasta y la obligación de adorar las imágenes que fue aprobada en el 787 en el concilio de Nicea en Bizancio; en este mismo concilio, Carlomagno afirmará su independencia del Papa en aspectos como el dogma.