5 de octubre de 1789
Revolución francesa. Las dificultades económicas que vive París, mal abastecido y en el que suben los precios y crece el paro, unidas al malestar que genera que Luis XVI se abstenga de sancionar las decisiones de la Asamblea Nacional, provocan un descontento popular que se plasma en una marcha hacia la residencia real situada en Versalles para pedirle pan al rey a la par que su traslado a la capital, marcha integrada mayoritariamente por mujeres y dirigida por Stanislas-Marie Maillard, uno de los asaltantes de la Bastilla. Sitiado por la multitud, el monarca sanciona las disposiciones aprobadas por la Asamblea pero se niega a ir a París, lo que hará que al día siguiente los sitiadores asalten el palacio.