4 de mayo de 1814
Fernando VII firma en Valencia un decreto (que será conocido como "manifiesto de Valencia") por el que se declara nulo y sin efecto alguno todo lo legislado por las Cortes de Cádiz entre 1810 y 1812, que había dado como resultado la primera Constitución de España, de ideología progresista, que rompía con el Antiguo Régimen al reconocer la separación de poderes y declarar que la soberanía reside en la nación.